Carlos Ríos (Granada, 1977) ha publicado diferentes libros, ensayos y artículos de opinión sobre la vida política y cultural andaluza. Es miembro activo en diversos movimientos sociopolíticos de la izquierda soberanista andaluza.
En 2011 se cumplen treinta años de la aprobación en referéndum del primer estatuto andaluz de autonomía. ¿Qué valoración harías de la actual situación de Andalucía tras estos treinta años de autonomía?
En primer lugar más que de un estatuto andaluz de autonomía, yo hablaría de un estatuto de dependencia andaluza. Por una parte porque estos 30 años tan solo han servido para aumentar nuestra dependencia. En segundo lugar porque el propio concepto de autonomía ha variado a lo largo del tiempo y estos 30 años de Andalucía estatutaria han devaluado el significado del término. Tan solo hay que ver la propaganda utilizada por las organizaciones políticas en la segunda mitad de los 70 para darse cuenta que autonomía querían hacerle entender a la gente que significaba plena gestión de nuestra economía, soberanía política para gobernar al menos los asuntos de la propia Andalucía, fin de la emigración, dignificación de la cultura andaluza...
Sin embargo a día de hoy la economía andaluza ha sufrido un proceso de desindustrialización, emparejado a una terciarización y a la profundización de nuestro subdesarrollo si nos comparamos con nuestro entorno geográfico. Si comparamos el diferencial de paro entre Andalucía y Cataluña, por ejemplo, en 1980 y en 2010, veremos como ese diferencial tiende a crecer, y no a reducirse. Lo político está constreñido sistemáticamente a los escasos márgenes que nos permite la legislación española y desde finales de los 80 la europea, unos márgenes que la sucursal andaluza del PSOE (en comandita con el PP, el PCE y el regionalismo conservador del PA) cuida muy mucho de no forzar coherentemente con su carácter de partido del régimen. Sectores como la agricultura o la pesca andaluza han sufrido esta situación viendo como se les someten a reestructuraciones periódicas, y en el caso de la pesca a su casi extinción, perjudicando a los trabajadores y los pequeños productores. La emigración continúa manteniéndose de forma sostenida. Más de 1,7 millones de andaluces continúan en la emigración. Tan solo en los Países Catalanes se calcula que a día de hoy viven más de un millón de andaluces. Los estereotipos a propósito de la cultura andaluza gozan de buena salud. Continúan funcionando como una suerte de segregación, estigmatizándonos como colonia interior del Estado Español. Para ello ha sido esencial el colaboracionismo del PSOE. Como muestra he de referirme al consejero de Educación, Álvarez de la Chica, que anunciaba hace unas semanas con motivo de la nominación del Flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, que el Cante iba a estar más presente en los programas educativos. Eso si "a nadie se le iba suspender por no saber bulerías o soleares". De esta forma Álvarez de la Chica situaba al Flamenco como una música de segunda. Un sucedáneo.. Se puede suspender si uno no sabe quien era Haendel o Beethoven, pero no si un alumno no sabe que es una soleá o una bulería. Eso no puede considerarse una ausencia de conocimiento, ya que es la cultura de los "colonizados".
¿Crees que el pueblo andaluz ha visto satisfechas las expectativas que se despertaron con la aprobación de aquel primer estatuto de autonomía? En otras palabras, ¿ha satisfecho la autonomía las esperanzas de mejora vislumbradas por el pueblo andaluz?
Creo que habría que diferenciar varios procesos en este sentido. Desde los Pactos de Antequera de 1978, que fueron firmados por los partidos del régimen (UCD, AP, PSOE, PCE,PSA) pero también por parte de la extrema izquierda como el PTE, el españolismo ha hecho un trabajo de desmovilización, de hacer olvidar esas esperanzas. Han transmitido la idea de que esas expectativas se habían cumplido tras el 28 de febrero. En este sentido los andaluces firmamos nuestra derrota en octubre de 1981, cuando se aprueba en referéndum el estatuto de Carmona vigente hasta 2007. Por otra parte, queda aún en buena parte del Pueblo Trabajador Andaluz el rescoldo de esas expectativas muy presente. A pesar de que intentan por todos los medios hacer olvidar a este pueblo su identidad colectiva. El régimen es consciente de ello y se empeñan en mostrarnos como grandes avances la construcción de infraestructuras como autovías o AVEs, y algunas mejoras como la red sanitaria o los colegios públicos.
Sin embargo las infraestructuras no están hechas para nosotro@s. Están construidas para que los turistas del norte lleguen más rápido a los lugares turísticos en los que están convirtiendo nuestros barrios y pueblos, más allá de los monumentos siempre históricamente y que forman parte de nuestra historia colectiva. Y por supuesto, no podemos olvidar en el desarrollo de las infraestructuras la necesidad de las áreas dominantes de la Unión Europea y el capitalismo financiero de transportar materias primas y productos producidos a bajo precio desde el norte de África. En cuanto a los "avances" en sanidad o educación, solo reflejan la degradación a la que nos sometió el franquismo hasta el punto por ejemplo de dejarnos morir en pleno primer mundo, literalmente, por cualquier enfermedad curable durante cuarenta años. En este contexto, creo que los estatutos de dependencia no han satisfecho ninguna aspiración. A la par, desgraciadamente, esas aspiraciones colectivas parecen olvidadas por una parte del Pueblo Trabajador Andaluz.
Aquellas expectativas y esperanzas del pueblo quedaron perfectamente de manifiesto en las multitudinarias manifestaciones del 4 de Diciembre de 1977. ¿Piensas que el “espíritu” del aquel 4 de diciembre sigue vivo en la sociedad andaluza?
Yo no hablaría estrictamente del espíritu del 4 de diciembre. El espíritu del 4D es el espíritu de la Andalucía rebelde, que ha estado presente mucho antes del 4de diciembre de 1977. Es el espíritu de los Hermanos Quero en Granada, de los pescadores de la Chanca en Almería, de Casas Viejas, de Blas Infante, de la marcha a Jerez de los obreros del campo en 1892, de Fermín Salvochea y el pueblo de Cádiz en las revueltas cantonales, de las luchas en las Minas de Río Tinto en el XIX, de Pérez del Álamo, de los monfíes, de Aben Humeya y los alpujarreños alzados en armas contra el imperialismo españolista en 1568. En ese sentido el espíritu de la "otra" Andalucía, la Andalucía de los trabajadores creo que sigue vivo. De forma latente, es cierto. Pero si estudiamos la historia andaluza podemos ver como a la mayor de las calmas sigue, en un continuo, la mayor de las convulsiones sociales. Estoy convencido que ahora vivimos una de esas calmas. Y espero que las convulsiones no tarden mucho en llegar.
En tus trabajos como escritor estás tratando de profundizar en las raíces de nuestra identidad como pueblo, así como en nuestra memoria olvidada. Lamentablemente, sois pocas las personas interesadas en investigar, escribir y publicar sobre estos temas en nuestra nación. ¿Dirías que los estudios de investigación y defensa de nuestras señas identitarias es un tema tabú para el mundo académico andaluz?, ¿o simplemente falta de interés?
Claro. El mundo académico andaluz está fuertemente influenciado por el poder. Es evidente que enfrentarse a las tesis, por ejemplo con respecto a la historia de Andalucía, tienen un coste en muchos sentidos. Pero aquí creo que no debemos pensar en una dependencia total. Muchos profesores y catedráticos que poseen una "plaza" como tales, no se juegan un puesto de trabajo si sus objetos de estudio y análisis estuvieran más apegados a un proyecto liberador para Andalucía. Muchos de ellos callan o miran para otro lado por su deseo de medrar en las estructuras del poder. También es un tema de comodidad, de tendencia a una posición absolutamente conservadora y reaccionaria. Ven las universidades o los centro de investigación como trampolines políticos para metas más altas, aunque sea vendiendo y traicionando al Pueblo Trabajador Andaluz, del que ellos forman parte.
En concreto, uno de tus temas de estudio ha sido la identidad andaluza en el Flamenco. ¿Se podría separar el flamenco de los padecimientos históricos, políticos, económicos y sociológicos que ha sufrido el pueblo trabajador andaluz?. En otras palabras, ¿es el flamenco un reflejo artístico de la historia del pueblo andaluz, imposible de entender sin conocer la propia historia política, social y económica de Andalucía?
El Flamenco y el Pueblo Trabajador Andaluz van indisolublemente unidos. El Flamenco es la música de este pueblo. Por ejemplo, si observamos los movimientos migratorios andaluces podemos rastrear los "territorios flamencos" más allá de nuestras propias fronteras. En el caso de los Países Catalanes ya hemos comentado las altas cifras de emigrantes andaluces a día de hoy. En cuanto a Murcia este hecho se explica por una fuerte emigración debido al desplazamiento de la minería desde la segunda mitad del XIX, movilizando población andaluza desde Sierra Morena y las comarcas almerienses hacia el campo de Cartagena, hasta el punto de que en la Unión, localidad murciana donde se celebra el festival de Flamenco de mayor prestigio en el mundo, por cada natural de la Unión había en 1970 la friolera de 8 habitantes andaluces. Los cantes de ida y vuelta son otro ejemplo de la emigración de población andaluza hacia el continente americano, absorbiendo los ritmos de aquellos pueblos y metiéndolos en el Flamenco. Badajoz es otra zona Flamenca, que se explica por la estrecha relación comercial con el valle del Guadalquivir.
El Flamenco es reflejo de la historia de este pueblo. Las grandes movilizaciones de los 70 aparecen en el Flamenco en grabaciones y obras teatrales flamencas abundantemente, junto con acontecimientos como el avance de las fuerzas obreras en los años 30 o la resistencia de Cádiz a los franceses. Los esfuerzos de Blas Infante y las Juntas Liberalistas también aparecen. Recuerdo unas colombianas que grabó el Chato de las Ventas en los años 30 que dicen así (las reproduzco inicialmente en su transcripción fonética que es como adquieren toda su expresividad para posteriormente reproducirlas en castellano):
Kataluña pie a gritoh ke le den l'autonomia
loh gayegoh ehtan fritoh
tamien en Andaluzía kieren kearze zolitoh
loh bahkoh, los ahturianoh
tanbien libreh kieren zé
to er mundo pie ufano yo boi a pei tamien
komo guen republicano
Cataluña pide a gritos que le den la autonomía
los gallegos estan fritos
también en Andalucía quieren quedarse solitos
los vascos, los asturianos
también libres quieren ser
todo el mundo pide ufano yo voy a pedir también
como buen republicano
Una copla que describe bien la carga que en los años 20 y 30 tenía el concepto autonomía que el cantaor asimila con la independencia, al que me refería en la primera pregunta.
Sin embargo aquí también ha habido algunas temáticas que se han potenciado, como es el caso de el sitio de Cádiz, y otras como las referentes al ascenso de la lucha obrera andaluza en los años 30 que han sido silenciados o apartados.
¿Qué papel ha desempeñado la burguesía andaluza, si ha desempeñado alguno, en la evolución del Flamenco en nuestra tierra?, ¿es el flamenco un arte del pueblo andaluz entendido como un conjunto interclasista, o más bien una viva expresión de la lucha y la consciencia de clases en Andalucía?
Me parece que me he adelantado a esta cuestión en la respuesta anterior. El papel de la burguesía andaluza ha sido doble. Por una parte ha sido la que ha sostenido durante buena parte del siglo XX el Flamenco como espectáculo. Ello a ayudado a ganarse el pan a muchos miembros de la clase trabajadora andaluza que han podido escapar, gracias a los espectáculos de Flamenco, de las condiciones de vida miserables a la que sometían al resto de las clases populares andaluzas. Por otra parte, la burguesía andaluza ha mutilado y hecho olvidar muchas coplas en función de sus intereses de clase, como ya comentaba antes. Por ejemplo ¿quién a oído cantar en un recital esta copla, referida a una de las numerosas sociedades obreras existentes en Andalucía a finales del XIX?:
La tierra par zeñorito
P'al obrero lah fatigah
¡Kuando penzará el obrero
dezaze lah inhuhtiziah
k'ayuan loh maniheroh!
La tierra para el señorito
para el obrero las penas
¡Cuando pensará el obrero
deshacer las injusticias
a las que ayudan los encargados!
¿Que reconocimiento han recibido cantaores como Antonio Cuevas "El Piki" o Luis Marín por mentar solo a cantaores ya fallecidos? Hay coplas y cantaores que no interesan al poder. En ese sentido la burguesía andaluza se ha empleado a fondo. Y si hablamos de la actualidad, la burguesía andaluza a través de sus "maniheroh" de la Junta de Andalucía y la Agencia para el Desarrollo del Flamenco están haciendo las cosas de tal manera que hasta los propios artistas están amenazando con salir a la calle contra las políticas que están desarrollando.
Por otra parte, con respecto a la segunda parte de la cuestión que me planteas, yo diría que el Flamenco es una reproducción, con sus particularidades, de la sociedad andaluza. Por lo tanto en él también aparece una lucha de contrarios. Hay un Flamenco "de los de arriba" y un Flamenco "de los de abajo", en un movimiento dialéctico. Por ejemplo, los recitales de José Domínguez "El Cabrero" son una muestra de Flamenco de "los de abajo". La gente va a escuchar Flamenco, pero también se produce una identificación contundente y esperada por el público con unas coplas que hablan de la opresión que estamos viviendo diariamente.
¿Dirías que el flamenco representa para la cultura andaluza lo que la lengua representa para otros territorios nacionales como puede ser el caso de Cataluña, Galicia o el País Vasco?, ¿Es el flamenco la "lengua" de Andalucía?
No. El Flamenco representa para la cultura andaluza una expresión cultural completa, una expresión que globaliza otros aspectos de la cultura y el propio Pueblo Andaluz.. La música andaluza que más proyección mundial ha tenido, con una complejidad muy grande. El Flamenco es un mundo en el que, una vez que entras te das cuenta de sus dimensiones gigantescas. Por ello a veces se compara a mi juicio erróneamente, con una lengua. Pero l@s andaluces/zas también tenemos una forma de expresarnos propia. Llámese modalidad lingüística andaluza, lengua andaluza o andalú. En todo caso la lengua que usamos la mayor parte de los andaluces y andaluzas a diario para comunicarnos es tan rica, compleja y digna de estudio como las demás.
¿Por qué parece haber tanto interés en silenciar la obra, la memoria, y la figura de todo aquel andaluz capaz de levantarse, desde diferentes ámbitos de la cultura, contra el orden establecido, y crear ejemplo con su propia historia vital de que es posible vivir dignamente y enfrentarse a los poderes que pretenden dar una visión monolítica de Andalucía, sumisa y sometida?
Esa cuestión parecería una pregunta retórica ya que en principio se responde a sí misma, aunque debemos de comprender la importancia de Andalucía en el contexto estatal. Andalucía tiene como país una importancia económica y geoestratégica de primer orden. Representamos aproximadamente el 19% del territorio bajo control estatal, la reserva de mano de obra de las áreas industriales (comportando más del 22% de la población entre residentes y emigrados) y nuestro peso cultural (a falta de una cultura española efectiva más allá de las películas de Almodovar y los partidos de la selección) es evidente. Nuestra importancia en el contexto mundial, situados en uno de los lados de la entrada occidental al Mediterráneo, es evidente. Karl Marx hablaba de Irlanda como el "talón de Aquiles" del imperialismo y la oligarquía británicos. Creo que, salvando las distancias, Andalucía tiene la misma posición en el Estado español. España sin Andalucía tendría muchas dificultades para sostenerse. Por eso el españolismo, sea de pretendidas izquierdas o de derechas, se esfuerza en tenernos dentro del redil del Estado Español. Las clases dominantes han silenciado todas aquellas voces díscolas que pudieran suponer una Andalucía distinta a la que desea el régimen. Este esfuerzo es secular. Como muestra podemos señalar que el tipismo y la folklorización de la cultura andaluza no es algo propio del franquismo. Cierto que es entonces cuando más se desarrolla, pero ya había una veintena de películas folclóricas rodadas antes de 1936. La Andalucía sumisa y retrógrada que proyecta el sistema es anterior al franquismo, y por desgracia le ha sobrevivido.
¿Cómo ve Carlos Ríos el futuro de Andalucía?
Considero dos proyecciones posibles de una Andalucía futura. La primera una Andalucía alienada, dependiente, sumisa y españolista. Donde tendremos más y mejores recetas de neoliberalismo con respecto al presente. Más nacionalismo español y más alienación. Una Andalucía que retrocede en el tiempo y donde se imponen las nuevas formas de caciquismo y el neofranquismo. Donde el sálvese quien puede será la única ley a respetar, y donde los trabajadores lo vamos a tener muy crudo. La segunda una Andalucía libre, independiente y socialista. Una Andalucía donde el Pueblo Trabajador decida que hacemos con nuestra tierra y nuestros recursos. Una Andalucía donde, como decía Blas Infante: no haya extranjeros. Donde la economía responda y esté planificada conforme a la voluntad y necesidades de las clases populares. Donde las mujeres andaluzas conquisten de una vez el papel que les corresponde en nuestra sociedad. Donde la izquierda andaluza en su conjunto se de cuenta que no podemos esperar a que desde Madrid o Bruselas decreten el "paraíso socialista". Donde los trabajadores tengamos claro que los andaluces/zas hemos de ser los primeros y últimos responsables de revolucionar nuestra tierra, de llevar a cabo eso que llamamos la Revolución Andaluza. Como militante, trabajo cotidianamente para que la segunda posibilidad sea lo más pronto posible una realidad.
Unas últimas palabras...
Solo agradeceros la atención de formularme esta entrevista, y en general el trabajo de todo el colectivo Kaos en la Red, que ha parido una herramienta tan útil como es kaosenlared.net. Muchas gracias.
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